Acné después del verano: ¿cómo evitar el efecto rebote?
Si tras un intenso verano, sientes que tu rostro está perdiendo su resplandor y el acné está volviendo a aparecer, la radiación ultravioleta es la principal causante. El acné y el verano no son muy buenos amigos, en efecto, tras el periodo estival recibimos multitud de preguntas de clientes acerca de los rebrotes de acné.
En este post te vamos a contar por qué el sol, al contrario de lo que se suele pensar, no es el mejor aliado para mejorar los brotes de acné.
¿Por qué me sale acné después del verano?
No hay dudas que, durante los meses de verano, es habitual pasar más tiempo al sol. De hecho, existe la falsa creencia de que la radiación solar mejora notablemente el acné, pero en realidad no es así.
Este mito tan extendido surge porque el sol ayuda a desinflamar y secar las espinillas. Además, el bronceado atenúa o minimiza visiblemente las manchas y/o cicatrices del acné.
Sin embargo, estas mejoras en la apariencia de la piel son solo de puertas para fuera ya que los rayos ultravioletas que han penetrado la piel la están dañando internamente.
La radiación ultravioleta favorece el engrosamiento del estrato córneo (la capa más externa de la piel) y, por consiguiente, la obstrucción de los poros. Que como ya sabemos, los poros obstruidos derivan en espinillas, comedones o puntos negros.
Por otro lado, la exposición solar deshidrata la piel y ésta actúa produciendo más sebo de lo normal para protegerse. Este exceso de grasa se acumula en los folículos polisebáceos, contribuyendo a la aparición de comedones abiertos o cerrados. De igual forma, el sol no solo va a broncear la piel, también va a broncear las lesiones post inflamatorias, traduciéndose en manchas marrones.
¿Cómo evitar el efecto rebote de acné?
Para evitar un brote de acné no hay secretos, tan solo tienes que realizar correctamente la rutina de cuidado facial todos los días, y proteger la piel del sol.
Uno de los puntos más importantes de la rutina de skincare es la limpieza facial. Limpiar la piel a diario es clave para evitar la acumulación de suciedad, impurezas y células muertas, e impedir la obstrucción de los poros.
De hecho, en la rutina de noche te recomendamos realizar la doble limpieza facial para asegurarte de haber eliminado todas las partículas, restos de maquillaje y sudor.
Otro de los puntos claves es la hidratación. A pesar de que en verano la piel sude y genere más sebo de lo normal, necesita hidratación para evitar resecarse y deshidratarse. Como te hemos dicho, la deshidratación hace que la piel sobreproduzca más sebo.
Lo ideal es que uses la crema hidratante facial que mejor se adapte a tu tipo de piel mixta, seca o grasa.
Por último, y uno de los puntos más importantes es la protección solar. En verano más que nunca, presta mucha atención al cuidado de la piel. Protégela con un protector solar SPF50 para evitar que los rayos solares la dañen.
Si tienes acné o espinillas, no dudes es escribirnos a nuestro WhatsApp para poder asesorarte y ayudarte a construir la rutina de skincare que mejor funciona para tu piel y necesidades.
